Recientes indagaciones científicas prueban que ni nuestro hígado ni nuestro entendimiento están listos para el alcohol hasta cumplir los veintidós años. No obstante, no conozco a ninguna sociedad científica, ni a ninguna Institución Pública que se atreva a realizar sugerencias de abstinencia de alcohol hasta los 22 años. Los mensajes de las autoridades sanitarias mencionan a los 18 años, pues la mayor parte de edad está fijada en esta edad. No obstante, en el momento en que aceptamos los 18 como edad límite para comenzar a tomar alcohol, debemos tener presente que nos encontramos de rebajas, puesto que en sentido riguroso deberíamos charlar de 22.
Pero nuestros hijos no aguardan hasta los 22, no a los 18 por tomar alcohol. Los estudios nos comentan que en España tres de cada diez jovenes se han emborrachado en el último mes, y si bien ese 30% aún no ha cumplido la mayor parte de edad hasta la embriaguez. El hígado y el cerebro son damnificados por una substancia molesto, el etanol, que está dañado las células de unos órganos todavía no maduros.
Charla del tema con tu hijo.
- En ocasiones en la adolescencia semeja estropearse la relación con nuestro hijo.
- Si bien su relación no sea la mejor, prosigues siendo un individuo fundamental en su historia.
- No dejes un tema tan esencial a cargo de la escuela.
- Si bien tenga hablas sobre los peligros del alcohol, es esencial tratar este tema en la familia.
- No aguardes a llevarlo a cabo en el momento en que lo mires bajo los efectos del alcohol.
- Explota alguna novedad, que tu hijo te realice cuestiones o cualquier situación que lo favorezca.
- Charla del tema con toda naturalidad, intentando que se produzca un diálogo.
- No charlas solo tú. Debes escucharlo, acatando sus críticas si bien no te agraden.
- Lo idóneo sería que hablaras de este tema antes que empieze a tomar.
¿Qué sucede si tomo cerveza a los 14 años?
Daños a nivel cerebral y bajo desempeño escolar Múltiples indagaciones concluyeron que, ya que el cerebro solo consigue su máximo avance hacia los 21 años, el consumo de alcohol a edades tempranas perjudica al avance madurativo de este órgano. En este sentido, el efecto que desarrollan las bebidas alcohólicas genera deficiencias en la capacitación de la corteza cerebral, las conexiones con los lóbulos parietales y la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales. Por consiguiente, “el efecto se va a ver en procesos como la memoria, las capacidades de pensamiento y planeamiento, la toma de resoluciones, la resolución de inconvenientes o cualquier otra de las funcionalidades ejecutivas que son efectuadas por la corteza prefrontal o el hipocampo y que, según los estudios de neuroimágenes, son zonas del cerebro que detallan diferencias importantes entre los jovenes usuarios de alcohol y quienes no lo hacen”, enseña Claudia Gutiérrez, magíster de Psicología Clínica de la Facultad El Bosque. Esto, dicen los neuropsicólogos, genera bajo desempeño escolar puesto que la educación se regresa mucho más retardado gracias a las deficiencias en los procesos de atención y la afectación de las capacidades de memoria y pensamiento que crea el consumo de alcohol en la niñez y la adolescencia. Mayor peligro de dependencia Según con un análisis de la Empresa Nuevos Rumbos que examina el consumo de alcohol en inferiores de 18 años en Colombia, los pequeños que empiezan a tomar licor antes de los 14 años tienen hasta diez ocasiones mucho más posibilidad de desarrollar consumos conflictivos y dependencia o adicciones al llegar a la adultez, tal como mayor oportunidad de consumir otras substancias psicoactivas, que esos que empiezan a tomar tras los 18 años. Deterioro de funcionalidades vitales Según la doctora Gutiérrez, el consumo de bebidas alcohólicas a lo largo de la etapa de desarrollo perjudica al habitual avance de los órganos. “La pubertad es un periodo asociado con cambios hormonales esenciales para la madurez sexual del humano como la testosterona y el estrógeno los que, por su parte, se relacionan con la producción de hormonas de desarrollo que dejan el avance de órganos , músculos y huesos. Está probado que el consumo de licor perjudica a estas funcionalidades e inclusive hace efectos severos en el desempeño de órganos como el hígado que se hace cargo de regular las funcionalidades metabólicas y la supresión de toxinas”, apunta la sicóloga clínica. Aumento de puerta de inseguridad en frente de peligros En ciertos casos, los jovenes que consumen licor son mucho más atacables o están mucho más expuestos a peligros como las relaciones íntimas no permitidas o sin protección, lo que implica embarazos no amigables y también infecciones de transmisión sexual. En otras ocasiones, el consumo de bebidas embriagantes les hace mucho más susceptibles de ser víctimas de latrocinios, golpes o accidentes. Afectaciones a nivel sensible y psicológico En concepto de salud psicológica y sensible, múltiples estudios concluyeron que el consumo de alcohol a temprana edad aumenta el peligro de que las pequeñas, pequeños y jovenes exacerben o desencadenen trastornos sicológicos como formas de proceder oposicionistas y desafiantes, agresividad, depresión e inclusive peligro de suicidio. Esto se enseña en parte por el hecho de que, como enseña Gina Díaz, del ICBF, “el alcohol es un depresor del sistema inquieto central. Esto significa que, una vez sucede su efecto, se crea una bajana sensible que, en los jovenes, por estar en una época de cambios hormonales significativos, tiene un efecto considerablemente mayor y mucho más profundo”, apunta la gobernante. Las consecuencias que crea el consumo de alcohol en el avance físico, cognitivo y sensible de las pequeñas, pequeños y jovenes sugieren la necesidad de pensarlo un par de veces antes de ofrecerlos, si bien sea un solo trago de licor . En este momento que conoces los peligros, ¿dejarías que un individuo que aún no ha alcanzado la edad adulta de tu familia o del círculo popular ingiera licor?
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¿Qué tenemos la posibilidad de realizar para mentalizar de los peligros del consumo de alcohol?
Los jovenes reproducen en buena medida el modelo de consumo de alcohol que perciben en los mayores de su ambiente popular, con lo que desde el Ministerio de Sanidad proponen ciertas pautas para mentalizar sobre los peligros del consumo.
- Tener una situación clara en oposición al alcohol. Entre los jovenes no puede hablarse de consumo responsable: la única conducta responsable es no tomar. A este respecto, el ejemplo es el mucho más precautorio.
- Entablar reglas y límites. Varios estudios científicos han comprobado que los hijos de las familias que no han predeterminado reglas contrarias al empleo de alcohol tienen mayor peligro de consumirlas que los hijos de las familias donde hay estas reglas y son visibles para todos.
- Sostener los vínculos cariñosos con sus hijos y también hijas. Así mismo, la aptitud de predominación va a ser mayor.
- Promover que concurran en ocupaciones positivas de momento de libertad
- Tener una aceptable información: acudiendo a fuentes fiables y especialistas, como los expertos sanitarios (médico, médico de familia, expertos de prevención en tu concejo ) …). En el momento en que nuestros hijos y también hijas nos pregunten, o brote el tema espontáneamente, es requisito proporcionarles información veraz y objetiva eludiendo dramatización y exageraciones
- Proporcionarles pautas de conducta en el momento en que les brinden alcohol. La mayor parte de los jovenes empiezan a tomar por el hecho de que algún amigo se lo proporciona y se sienten presionados por el conjunto: no desean ser distintas y desean sentirse integrados. Desde pequeños es requisito enseñarles a decir NO ahora defenderse de las presiones.
- Formar parte en ocupaciones precautorias, como las que se organizan en centros institucionales.
Aparte de acrecentar la inclinación a la crueldad y favorecer accidentes viales, el consumo genera efectos de largo período. Causa muerte neuronal y posibilita la adicción a la adultez.
Hoy día, la edad de iniciación a el consumo de alcohol está bajo la legal, y se posiciona entre los 8 y los 12 años, lo que está lejísimos de ser inofensivo para la salud. Si bien acostumbra suponerse que los peligros del consumo de alcohol por la parte de pequeños y jovenes son aproximadamente exactamente los mismos que para los mayores, indagaciones científicas demostraron a lo largo de los últimos tiempos que los riesgos del consumo de alcohol entre los jóvenes son mayores. Y sucede que a lo largo de la adolescencia, en comparación con la edad avanzada, el organismo es parcialmente indiferente a efectos sedativos ahora ocasiones aversivos del alcohol. Los sentimientos de depresión, paranoia y ansiedad, malestar gástrico, hipotermia, falta de coordinación motora y también inducción del sueño, habituales entre los mayores, no se muestran con intensidad entre los mucho más jóvenes, que prosiguen tomando sin freno.
A este consumir prácticamente ilimitadamente, se aúna que pequeños y jovenes son mucho más sensibles a los efectos que fortalecen el consumo, como la sensación de exitación, la disminución de inhibiciones y visto que la interacción popular se ve facilitada por el alcohol. Equiparados con la gente adultas, los jovenes padecen mucho más modificaciones cognitivas tras consumir alcohol y esto causa que sean menos capaces de producir juicios objetivos sobre las secuelas del consumo y regularlo. Para llenar el cuadro problemático, indagaciones recientes asimismo proponen que el alcohol tiene efectos neurotóxicos en el cerebro joven, especialmente en las áreas implicadas en el control de impulsos. Es tal como el consumo de alcohol entre los mucho más jóvenes está asociado, y lo detallan indagaciones efectuadas en múltiples y muy diferentes países de todo el mundo, a una mayor proporción de accidentes mortales, una mayor tasa de crueldad, un aumento en el accionar sexual de peligro, bajo desempeño escolar y también aumento de hábitos autodestructibles.