que pasa si te tomas.una.cerveza.con.un.antihistaminico

El último período de tres meses del año es una temporada favorece para las alergias y para gozar al aire libre con algún happy hours tras la oficina o entre amigos. No obstante, esta instancia puede ser asoladora si no se estima que los alérgicos que toman fármacos tienen la posibilidad de entremezclarlos con alcohol.

Efecto mucho más veloz

En especial para las mujeres, conjuntar antihistamínicos con alcohol puede apresurar los efectos de consumir ciertos tragos, con lo que el estado de embriaguez podría llegar mucho más veloz y con menos copas.

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Entonces, ¿qué ocurre si tomo alcohol y fármacos?

El Paracetamol muestra cierto peligro de hepatotoxicidad si se ingiere a altas dosis, por consiguiente, si se acompaña de alcohol el fármaco se metaboliza menos y podría acrecentar su concentración acrecentando la posibilidad de daño hepático .

Los antiinflamatorios, como el Ibuprofeno, Naproxeno o Ácido acetil salicílico, de base, muestran resultados perjudiciales a nivel de mucosa estomacal si se toman de manera recurrente. Si se le añade que el alcohol hace exactamente el mismo efecto, las modificaciones podrían ser mucho más profundas.

Un tanto puede ser bastante

En el momento en que se charla de alcohol, hablamos a su ingrediente primordial, el etanol. El nivel de alcohol (graduación) de una bebida es la concentración de etanol que tiene dentro expresada como porcentaje. Hay que tener en consideración que las bebidas de alta graduación (aguardientes, licores, vodka, ron, whisky, ginebra y demás bebidas destiladas) más allá de que se tomen en pequeñas proporciones, solas o mezcladas con refrescos, tienen una concentración de alcohol (mucho más de 20 grados).

Es realmente difícil determinar con precisión cuál es la cantidad mínima de alcohol que tiene secuelas al conjuntarse con fármacos. Más allá de que se conociese, y a sabiendas de que, dependiendo de la patología o trastorno de salud que tengamos, los escenarios de tolerancia y peligro no son iguales, habría que tomar en consideración que hombres y mujeres reaccionamos de manera diferente al tomarlo (ellas tienen una menor tolerancia al alcohol por norma general, si bien en todo caso es una cuestión muy especial), y asimismo influyen componentes como la constitución física y la edad de la persona, todo ello participa en las secuelas que tiene la posibilidad de tener la mezcla de el alcohol con los fármacos.

Antihistamínicos de Segunda Generación

Se les llama como Antihistamínicos «No Somnolentos» por el hecho de que tienen pocos efectos sobre el Sistema Inquieto central (atraviesan poco la barrera hematoencefálica) y no tienen efectos sedantes.

Los Antihistamínicos de Segunda Generación mucho más usados, con sus Nombres Comerciales a la derecha, son los próximos:

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